Los tumores del riñón pueden ser benignos y malignos. Los tumores malignos ocupan el 2% de todas las neoplasias del adulto siendo el principal el Adenocarcinoma renal (90%). Son más frecuentes en hombres con una relación de 2 a 1 y principalmente se manifiesta ente los 50 a 70 años. El diagnostico generalmente es incidental mediante una ecografía, ya que en estadios iniciales es asintomático.
Los síntomas principales son hematuria (sangre en orina) dolor lumbar y masa palpable. La confirmación diagnostica se la realiza mediante una tomografía contrastada. El tratamiento básico es quirúrgico ya que estos tipos de tumores no responden a radio ni quimioterapia. El pronóstico depende del estadio tumoral y del momento del diagnóstico.
Tumores de Vejiga
Son tumores uroteliales y ocupan el cuarto lugar de incidencia de entre los tumores en el hombre. Se presentan más frecuentemente en personas de 50 a 80 años de edad. En cuanto a los factores de riesgo podemos citar el contacto con anilinas, el cigarrillo, los edulcorantes artificiales y el consumo de analgésicos. El cuadro clínico se manifiesta principalmente por hematuria (sangre en orina) que puede ser micro y macroscópica. Además, puede presentar síntomas irritativos como ardor y urgencia miccional. El diagnóstico se realiza por ecografía, citología urinaria y tomografía. Pero lo fundamental es el examen cistoscópico mediante el cual se puede ver directamente la tumoración en sus diferentes grados.
Inicialmente el tratamiento consiste en la resección endoscópica de la neoformación para su diagnóstico histopatológico. Posteriormente, dependiendo del grado, se puede ayudar con quimioterapia e inmunoterapia intravesical, cirugía radical de vejiga y radioterapia.
Cáncer de Próstata
El cáncer de próstata es la segunda mayor causa de muerte relacionada con el cáncer en los hombres. El riesgo de cáncer de próstata incrementa dramáticamente con la edad. La mayoría de los casos ocurren después de los 50 años. Además, existe una relación familiar con la incidencia de este tipo de cáncer, de tal manera que si el padre de un paciente presento cáncer de próstata existe un mayor riesgo para el paciente.
La raza afroamericana tiene un mayor riesgo y los asiáticos un menor riesgo. Esto está dado por factores ambientales y dieta. Se conoce que dietas ricas en grasas aumentan el riesgo mientras que los vegetales, pescados y tomates lo disminuyen.
El cuadro clínico en estados iniciales prácticamente es asintomático mientras que en procesos avanzados la sintomatología puede ser muy variada. Los síntomas incluyen desde molestias miccionales, dificultad, ardor, aumento de frecuencia miccional y sangre a síntomas sistémicos como pérdida de peso, mal estado general y dolores osteoarticulares.
La sospecha diagnóstica se basa en un tacto rectal, la determinación de Antígeno prostático en la sangre o una ecografía mientras que la confirmación está dada por una biopsia ecodirigida de próstata con el respectivo estudio histopatológico
Tratamiento
Existe una gran variedad de tratamientos para el cáncer de próstata incluyendo cirugía, terapias hormonales y radiación.
Es de suma importancia el diagnóstico precoz, ya que en estadios iniciales las propuestas de tratamiento alcanzan curación completa mediante cirugía (prostatectomia radical) o radioterapia.
Cuando la enfermedad se detecta en estadios no localizados las pautas están encaminadas a tratar de detener el crecimiento y esto se logra principalmente con tratamiento hormonal.